miércoles, 13 de junio de 2007

La dehesa (y III)

Desde el punto de vista productivo distinguimos:
Producciones indirectas: son externas beneficiando a toda la sociedad, pero la repercusión económica sobre los propietarios de la dehesa es mínima.

  • Gran valor paisajístico.
  • Estabilización y protección del suelo y vegetación.
  • Capital genético vegetal y animal de gran diversidad y valor.
  • Gran valor histórico y cultural.
  • Creciente interés recreativo.
  • Bajo riesgo de incendio.
  • Reducción de riesgos económicos.
  • Estabilidad entre etapas seriales

Incremento del capital: la rentabilidad de la dehesa se debe a ingresos debidos a las producciones directas pero fundamentalmente a la plusvalía o incremento del valor en mercado de las fincas, teniendo dos efectos muy negativos:

  1. Induce a los propietarios de la dehesa interesados en la obtención de beneficios económicos a despreocuparse del aprovechamiento racional de sus recursos.
  2. Determina la falta de liquidez para financiar tratamientos y mejoras que permitan obtener y aprovechar racionalmente los productos directos: ganado, leña, ramón, etc.

Producciones directas: Son las menos importantes ecológica y económicamente, pero garantizan la perpetuación del sistema
  • Ganado: se usan técnicas ancestrales perfectamente adaptadas para aprovechar óptimamente la potencialidad productiva del medio sin deteriorarlo. Los tipos de ganado más frecuentes son el ovino (para producción cárnica), bovino (para producción cárnica en dehesas menos secas, no necesita pastor), porcino (para el aprovechamiento de la bellota), caprino (para aprovechamiento cárnico, lechero o mixto, sirve también para complementar los otros tipos de ganado en el aprovechamiento de matorral y ramón) y caballar (poco usado). Se prefiere el uso del ganado rústico y autóctono. El sistema de regulación del pastoreo más adecuado es el pastoreo continuo, aunque según las circunstancias puede ser necesario usar el diferido. En zonas mediterráneas lo habitual debe ser el pastoreo temprano, intenso, diversificado en especies ganaderas e integrado con los sistemas forestales y agrícolas.
  • Leña
  • Ramón: lo obtiene el ganado directamente por ramoneo o indirectamente a través de las ramas caídas con motivo de las podas o vareos de la bellota.
  • Fruto: la bellota es particularmente importante en zonas de inviernos tibios donde las cosechas son abundantes y poco veceras. La bellota de mayor calidad es la de la encina, seguida por el quejigo, alcornoque y rebollo.
  • Productos agrícolas: producción escasa, generalmente de cereales como avena, cebada, centeno o trigo. No es importante salvo como medio de control de la vegetación leñosa y como alimento complementario para el ganado y la caza.
  • Otros: la caza es uno de los beneficios directos más importantes de la dehesa. El corcho tiene importancia capital por su interés económico en auge en los últimos años. La producción micológica se ha aprovechado tradicionalmente de forma privada y con muy poca intensidad aunque actualmente está cobrando interés económico (trufas, boletos, etc.)

El mantenimiento y mejora de las dehesa pasa por la realización de podas, desbroces, rozas y limpias, rozas de regeneración, encalado, redileo, drenajes, implantación artificial de pastizales.

La dehesa (II)

Los pastizales se dividen en cuatro tipos con funciones distintas:
  • Pastizal general: corresponde a las etapas más degradadas de la serie de vegetación climatófila (con humedad de origen exclusivamente climática) y estabilizado por pastoreo y/o cultivo agrícola eventual. La mayor parte de la producción primaria del pastizal general se concentra en primavera y otoño, con agostamiento precoz a finales de primavera, una producción otoñal dependiente de la lluvia y la invernal escasa o nula por el frío. La principal función es proporcionar la mayor parte del alimento al ganado en los periodos menos conflictivos del año y complementarlo el resto del año. Bajo cobertura el periodo vegetativo es más largo, la abundancia de especies vivaces generalmente y mayor y la composición florística distinta con presencia de especies nemorales más exigentes y de mayor calidad, pudiendo actuar este pastizal como foco dispersor de especies.
  • Majadal: es un pastizal de anuales y vivaces muy denso, de pequeña talla y buena calidad bromatológica, creado por la acción intensa y continua del ganado. Destaca la presencia de la Poa bulbosa. Se sitúan en las querencias del ganado, tanto naturales como artificiales; como colinas y collados, proximidades de abrevaderos, apriscos, puntos de suplementación, etc. Se puede inducir su aparición con redileo, fertilización fosfórica y aporte continuado de suplementos alimenticios en puntos concretos. La producción en materia seca del majadal es mayor que la del pastizal general porque presenta una muy buena capacidad de rebrote, además de una mayor apetecibilidad o palatabilidad y su calidad nutritiva superior por el trébol subterráneo. Los majadales también son importantes porque el trébol se agosta tardíamente proporcionando una buena cantidad de materia nitrogenada digestible al ganado coincidiendo con el periodo de lactación (mayor necesidad proteica), mientras que en otoño la Poa bulbosa es la especie que determina el inicio del periodo de pastoreo otoñal y el fin de la suplementación artificial al res el que más rápidamente brota tras las primeras lluvias. Por todo ellos los majadales son los pastizales más valiosos de la dehesa.
  • Vallicares y bonales: típicos de las vaguadas y depresiones con freatismo más o menos intenso y estacional en las que aparecen comunidades vegetales edafohigrófilas. En sustratos pobres en bases se llaman vallicares y aparecen mayoritariamente vivaces, con gramíneas altas y escasez de leguminosas. Poseen un valor pastoral medio con alta producción pero palatabilidad y calidad nutritiva bajas. Sin embargo, tienen un importante valor estratégico porque se pueden mantener verdes buena parte del verano. En suelos eutrofos (más raros) se encuentran fenalares similares a los vallicares, con gramíneas duras y bastas. Ambos acompañados de juncales mediterráneos. En caso de freatismo o encharcamiento prolongados se forman bonales, compuestos casi exclusivamente por terófitos fugaces de fenología muy tardía y de valor pastoral escaso.
  • Cultivos forrajeros: se hacen para proporcionar alimento al ganado en periodos de estrés. Se usa cebada, avena, trigo, centeno, veza-avena y gramíneas anuales como Lolium multiflorum.
Debido a la sequía estival y el frío invernal existe un periodo de carencia de alimento y otro de reducida disponibilidad que se soluciona a través de la trashumancia o transterminancia, el aprovechamiento de residuos de cultivos agrícolas, la importación de alimentos, la reducción de la alimentación del ganado hasta el límite del hambre y la concentración de celos y destete precoz.