En junio, aprovechando unos días de vacaciones, me acerqué con R. Dominguez por la Reserva Natural de Muniellos (Cangas de Narcea). Hay una ruta establecida, y para poder visitar la reserva hay que pedir permiso (conceden 20 al día, y son gratuitos). La ruta comienza en Tablizas, y ya desde el inicio se ve qué tipo de camino hay, estrecho, rocoso y con muchos árboles.
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Inicio ruta, en Tablizas |
Uno de los primeros pobladores que pudimos ver fue al lagarto verdinegro, escondido entre los matorrales.
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Lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi) |
Además de la frondosidad del bosque caducifolio, me llamó la atención la gran variedad de brezos presentes en la zona, como el brezo blanco (Erica arborea), y el brezo rojo (Erica australis) entre otros
En diferentes tramos del camino, éste se veía atravesado por canchales, en los que había que tener cuidado para no torcer un pie.
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Canchal |
Aunque no tan abundantes como los brezos, había bastantes acebos.
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Acebo (Ilex aquifolium) |
El primer tramo de la ruta (unos 14 kilómetros), se hizo un poco largo, y de vez en cuando había que hacer alguna paradita para coger ánimos y fuerzas.
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No, aunque lo parezca no es un koala abrazadico a su árbol... |
la verdad es que se escuchaba multitud de pájaros, pero no tengo el oído tan entrenado como para disinguirlos por su canto, y eran tan escurridizos que entre la frondosidad del bosque me costó ver claramente a alguno durante la ruta que hicimos. Aunque algunas huellas de su presencia si que encontramos.
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¿Posible accion de pico picapinos? |
Así que de fauna poco nos cruzamos durante el paseo. Pudimos ver el lagarto verdinegro y otro tipo de lagartijas (creo que alguna era una lagartija roquera Podarcis muralis), y un sapo despistado, que corrió raudo a esconderse bajo una piedra.
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Sapo (Bufo bufo) |
El principal indicio de presencia animal fueron los excrementos (de los cuales vimos muchos y de muchas variedades, incluído excrementos de oso), pero por no ser escatológica, dejo una muestra visual.
El final de la primera parte del trayecto, concluye en las lagunas glaciares. Como íbamos un poco justos de tiempo, sólo subimos hasta la primera.
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Laguna glaciar |
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Subida a la segunda laguna glaciar |
Y allí, en lo alto de las rocas, nos dió la bienvenida un majestuoso rebeco (Rupicapra rupicapra). Esto nos dió ánimos y fuerzas para el descenso.
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Rebeco (foto de R Dominguez) |
Fotos: Inés G. de Castro