Ya hemos visto cómo es el ADN y cuánta información puede llegar a contener. Sin embargo, hay que hacer una precisión: la mayor parte del ADN (más del 90%) no codifica para proteínas y no parece tener función. Se le denomina ADN basura, aunque los últimos descubrimientos indican que quizá tenga una función estructural o de regulación de la expresión de los genes. Y hablando de genes, ¿qué es esa información que contiene el ADN y como se expresa? Pues bien, la información del ADN pasa a convertirse en una proteína a traves de dos procesos: transcripción y traducción.
Pero antes de ver estos dos procesos tenemos que explicar cómo se organiza la información en nuestro ADN. Como hemos dicho antes, en el ADN hay 4 letras. Mediante diversos experimentos (realizados por Nirenberg, Ochoa y Khorana; y sus respectivos equipos de laboratorio) se demostró que esas letras se agrupan de tres en tres en lo que se llaman tripletes o codones. Haciendo los cálculos oportunos concluímos que con cuatro letras en grupos de tres obtenemos 64 combinaciones posibles. Con estas 64 combinaciones o tripletes distintos se codifican los 20 aminoácidos que usamos para sintetizar nuestras proteínas.
Como hay aminoácidos que pueden ser codificados por más de un codón decimos que nuestro código genético es degenerado, ya que un código genético no degenerado implicaría una relación un aminoácido-un triplete; y no varios tripletes como es nuestro caso. Esta degeneración del código, lejos de ser un defecto, es en realidad una ventaja ya que permite una cierta plasticidad o margen de error a la hora de transcribir y traducir la información a proteínas.
El código genético está formado por tripletes, como ya hemos dicho, pero estos tripletes van uno detrás de otro y nunca se superponen. Además, si tuviéramos que leer el código genético, observaríamos que no hay "comas": no existen pausas ni espacios en blanco, debe leerse todo seguido de forma continua. Por último, este código genético, es decir, la relación entre tripletes y aminoácidos, es universal. Esto significa que en cualquier organismo el mismo triplete codifica para el mismo aminoácido. Todos los organismos del planeta compartimos la misma codificación del ADN. La excepción principal a esta universalidad del código genético es el código genético mitocondrial, cuya relación entre codones y aminoácidos varía un poco.
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