viernes, 25 de abril de 2014

De paseo por el Parque Forestal del Monte Vixiador

Estar embarazada de 7 meses, hace que tengas una barriga que limita bastante a la hora de salir al campo, pero aún así, alguna escapadita puedo hacer, sobre todo al Parque Forestal Monte Vixiador, que está cerquita de casa y no tiene muchas cuestas. Así que aprovechando que colaboro como voluntaria con el programa SARE, me he ido un par de días a buscar bichería y a pasear, que me viene bien.

Al igual que otros parques forestales, el Monte Vixiador es una zona con gran presión humana. No solo por ser una zona de ocio, sino porque es explotado forestalmente por la comunidad de montes, para el cultivo de pinos. Eso hace que el paisaje de la zona esté muy alterado, y en ciertas épocas, se produce tala masiva de árboles.


Foto: R. Domínguez

Foto: R. Domínguez


A pesar de todo, aún pueden observarse diferentes especies tanto de herpetos, como de aves e insectos. Por ejemplo, una de las charcas artificiales está poblada de ranas comunes (Pelophylax perezi)


Charca artificial. Foto R. Domínguez
Rana común. Foto R Domínguez

A pesar de que la primavera ya ha llegado, este ejemplar macho de pinzón vulgar (Fringilla coelebs)  parece que aún conserva parte de su plumaje invernal.

Pinzón con plumaje de invierno (según mi amigo P.García). Foto: R. Domínguez
Foto: R. Domínguez
Tratar de observar tritones en estos pilones tan "sucios" es complicado, pero si afinas un poco el ojo, la barriga no estorba, y la cámara está de tu parte, algún ejemplar se puede localizar. En este caso, los que se dejaron ver fueron tritones ibéricos (Lissotriton boscai).

Pilón, hábitat de tritones. Foto: R. Domínguez


Tritones ibéricos. Foto: R. Domínguez
Con todo lo que llovió este invierno, los caminos están totalmente rebosantes de agua, y parece que esto ha servido para que algunos anfibios se animaran a colonizar charcas temporales, aunque en el caso del ejemplar fotografiado, con escaso éxito.


Rana muerta
En cuanto a reptiles, parece que este año las lagartijas de Bocage, no se animan a dejarse ver cuando yo me acerco a pasear, pero tuve la suerte de pillar a un lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi), cuando trataba de esconderse de mi. En este caso el oído fue el que me ayudó a localizar a este ejemplar que se daba a la fuga entre la vegetación.

Lagarto verdinegro. Foto: Inés G.
Foto: Inés G.
Y esto es todo de momento, os dejo unas fotos del monte, que aún no se da desprendido del aspecto invernal. Mientras la barriga y el alien que llevo dentro lo permita, haremos alguna salida más al monte, si el tiempo acompaña, claro. Espero que para el próximo paseo, la primavera ya se note más, tanto en el paisaje como en las observaciones de fauna, que espero sean más abundantes.


Foto: R. Domínguez


Foto: R. Domínguez