martes, 21 de noviembre de 2006

Sinapsis inmunológica (por Mr.Grasas)

Hoy he decidido dejar aquí un pequeño artículo redactado en su día por Mr.Grasas, un antiguo usuario del foro de ciencia en el que lo escribió. Lamentablemente ya no participa en él, por lo cual no puedo pedirle permiso, pero estoy casi seguro de que no le importará que lo ofreza a todos los lectores de este blog.


Sinapsis inmunológica

Hola a todos, en el Investigación y Ciencia de este mes [Abril 2006] hay un reportaje muy interesante sobre el título que he puesto. Hay otros también chulos, pero os dejo un extracto de éste, que es de lo que controlo algo más. Está un poco modificado con otras informaciones que he encontrado.

Como ya sabéis, las células del organismo son como cotorras, que se pasan el día hablando entre ellas mediante señales químicas. En algunos casos, la comunicación lleva un mensaje que interesa a las propias células que intervienen en la conversación, mientras que en otros la finalidad es transmitir un mensaje que sólo tiene sentido en un nivel de organización superior. Vamos, como ocurre con las neuronas, aunque estas también se comunican entre sí con fines particulares. En el caso de la neuronas, la unión entre ellas para la comunicación se denomina sinapsis: es un puente proteico constituido por moléculas de adhesión y que delimita, a modo de tubo, una luz por la que se transmiten neurotransmisores y otras sustancias (a veces incluso sólo señales eléctricas). Esta es la sinapsis nerviosa.

Pues bien, desde hace unos años se conoce la llamada sinapsis inmunológica, verificada por el archiconocido A. A. Kupfer (un inmunólogo famoso). Son puentes muy similares a los anteriores en cuanto a estructura, pero que los establecen los leucocitos (glóbulos blancos), no las neuronas. Al igual que los de muchas neuronas, son bidireccionales hasta cierto punto. Con estas sinapsis, los leucocitos intercambian información con las células: se trata de una conversación similar a la de un policía cuando te pide la documentación. Es curioso que en esa conversación con la célula se respira una cierta "tensión" en el ambiente, pues mientras el leucocito transmite y recibe señales químicas de la célula, al mismo tiempo usa el citoesqueleto para movilizar todo su arsenal armamentístico: vesículas cargadas de ácidos, bases, compuestos clorados, enzimas, etc. Es como un policía que se pone nervioso y echa mano a la porra por si hubiera que repartir. Si la información de la célula le parece sospechosa, descarga todo su arsenal a través de la misma sinapsis, con la finalidad de desintegrarla. Si se considera incapaz para dicha labor, empieza a enviar señales desde otras partes hacia el torrente sanguíneo o linfático, para reclutar a otros combatientes que puedan eliminar a la célula sospechosa (tumoral o infecciosa). Es posible que tampoco se prive de soltarle una buena ración de su arsenal químico. El puente sináptico tiene la ventaja de ser unidireccional en lo relativo a transmitir elementos destructores: esto evita que la célula le pague al leucocito con su propia medicina, reenviándole sus propios agentes tóxicos.
Un error en la comunicación puede dar lugar a enfermedades autoinmunes, en las que las defensas confunden a las células inocentes con las sospechosas. En cambio, una célula tumoral, lo que hace es crear una documentación falsa (señal química idéntica a la de una célula normal) que engaña al leucocito.
Estas comunicaciones duran unos 2 minutos y también pueden establecerse entre leucocitos para "valorar" cómo de crítica es la situación y, entre todos, tomar la solución más apropiada frente al enemigo; además, sirven para presentar trozos de antígenos importantes en el reconocimiento de enemigos. Aquí, las sinapsis se llaman CsMA o Complejos Macromoleculares de Activación. Los linfocitos T (un amplio grupo de leucocitos) pueden unir más estrechamente los receptores dentro del puente establecido, lo que amplifica la señal. Es decir, actúan como un sonotone cuando hay poco antígeno que le pueda presentar el leucocito emisor.

Sin embargo, estas sinapsis inmunitarias tienen un gran inconveniente, y es que son aprovechadas por muchos virus (entre ellos el VIH) para entrar en la célula hospedadora. Todo tiene sus inconvenientes...


Saludos a Mr.Grasas allí donde esté.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que vida ni que vida de la celulas